EL ARGAR.
EL ARGAR
1. Introducción:
Es un importante yacimiento arqueológico situado en el municipio de Antas, Almería.
La cultura de El Argar se extiende desde los inicios de la Edad del Bronce. Se desarrolló en el sudeste de la península Ibérica entre ca. 2200 y 1550. Utiliza bronces de buena calidad y sólo las hoces de siega se hacen de sílex. Su economía se basa en la agricultura y en la minería, explotadas de forma intensiva. Los poblados están situados en los altos y rodeados de murallas, características de una sociedad guerrera.
El surgimiento de El Argar supuso una ruptura con respecto al periodo calcolítico precedente en aspectos como el desarrollo tecnológico, las relaciones económicas, los patrones urbanísticos y de organización territorial, o los ritos funerarios. Cambian radicalmente los enterramientos al desaparecer los megalitos; las tumbas que se hacen individuales o por parejas. Los enterramientos están dentro del poblado, debajo de la vivienda, en cistas o en urnas de cerámica.
La Zona Arqueológica de El Argar ocupa dos mesetas de formas irregulares y separadas entre sí por un espacio abancalado para cultivos.
El yacimiento de El Argar es uno de los más importantes de la Edad del Bronce. Fue descubierto y excavado en su práctica totalidad por Luís Siret a finales del siglo pasado y publicado en su obra "Las Primeras Edades del Metal en el sudeste de España", en 1890, donde se recoge el ingente volumen de materiales proporcionados por este yacimiento, procedente en su mayoría de las estructuras funerarias.
Estas se clasifican en tres tipos característicos:
- Fosas rodeadas de muretes de piedra,
- Cistas de losas
- Pithos o vasijas.
A pesar de las deficiencias del registro arqueológico se puede esbozar el patrón de vivienda del poblado. Se trata de casas con muro de cabecera longitudinal, separados por tabiques medianeros perpendiculares. Junto a este tipo de habitación de planta rectangular no faltan las de planta irregular e incluso las de tendencia circular. Los muros son en general rectos, construidos con piedras bien escuadradas trabadas entre sí con tierra.
Tras unas prospecciones magnéticas se realizaron unas excavaciones que dan muestra de una fase de ocupación árabe en El Argar (siglos IX/X), caracterizada por construcciones de piedra y actividades de forja.
2. Datos históricos:
El sitio arqueológico de El Argar se encuadra cronológicamente en la Edad del Bronce y da nombre a una de las culturas de este periodo de la Prehistoria en el sur de la Península Ibérica.
Sin embargo, las zanjas practicadas en las excavaciones de finales del siglo pasado, de dos metros a dos metros cincuenta centímetros de profundidad, que ocupaban casi por completo la meseta del yacimiento, limitan la realización de nuevos trabajos de campo.
Los datos obtenidos en la prospección magnética realizada por Helmut Becker parecen apuntar en esta dirección, descartando la posibilidad de obtener más información sobre la trama urbana del poblado. Sin embargo, sí seria necesaria una excavación que explicara las fuertes perturbaciones magnéticas en determinadas áreas del yacimiento.
En la Gerundia, a partir del análisis de la industria lítica y los conjuntos cerámicos, se pueden definir dos momentos de ocupación. El primer momento correspondería al Neolítico y un segundo momento reflejaría la transición entre el Neolítico Final y un Cobre Inicial.
3. Inicio:
La sociedad argárica ofrece una de las manifestaciones arqueológicas más emblemáticas de los inicios de la Edad del Bronce. Se desarrolló en el sudeste de la península Ibérica entre ca. 2200 y 1550 cal ANE, coincidiendo aproximadamente con los grupos arqueológicos “clásicos” del Bronce Antiguo europeo, como Wessex, Túmulos Armoricanos, Polada o Unetice.
El surgimiento de El Argar supuso una ruptura con respecto al periodo calcolítico precedente en aspectos como el desarrollo tecnológico, las relaciones económicas, los patrones urbanísticos y de organización territorial, o los ritos funerarios.
La orientación de la producción hacia la obtención de excedentes centralizados en un contexto de marcada explotación social supuso el nacimiento de uno de los primeros Estados de Europa occidental.
El surgimiento de El Argar supuso una ruptura con respecto al periodo calcolítico precedente en aspectos como el desarrollo tecnológico, las relaciones económicas, los patrones urbanísticos y de organización territorial, o los ritos funerarios.
La orientación de la producción hacia la obtención de excedentes centralizados en un contexto de marcada explotación social supuso el nacimiento de uno de los primeros Estados de Europa occidental.
4. Territorio:
El territorio argárico se expandió desde un área original localizada entre las cuencas de Vera y del Guadalentín, hasta abarcar, transcurridos quinientos años, una región que comprendía desde el sur de la Meseta y del País Valenciano, y el alto Guadalquivir hasta el litoral de Almería, Murcia y Granada. En el momento de mayor extensión, el territorio argárico ocupó un área de unos 33000 km2.
La sociedad argárica se caracterizó por su impermeabilidad hacia las manifestaciones materiales corrientes en regiones vecinas contemporáneas. A su vez, es evidente la influencia de ciertos elementos artefactuales y prácticas sociales típicamente argáricos sobre las comunidades de otras regiones peninsulares. El hermetismo frente a lo foráneo, junto con la uniformización de buena parte del repertorio artefactual, las prácticas funerarias y el urbanismo indican una rígida estructura de control en el mundo argárico.
Además de fronteras externas, el mundo argárico se articuló internamente en territorios políticos que impusieron ciertas trabas a la comunicación interregional, lo que supuso diferencias entre asentamientos en materia de acceso y gestión de materias primas.
5. Asentamientos:
La sociedad de El Argar supuso un hito en el desarrollo de la vida sedentaria y el urbanismo, en el despegue de la metalurgia y en la formación de las desigualdades políticas y económicas. La Bastida ofrece una oportunidad única y excepcional para conocer esta etapa clave de nuestro pasado.
Disposición de las viviendas y talleres de Peñalosa a lo largo de la ladera. |
La sociedad de El Argar supuso un hito en el desarrollo de la vida sedentaria y el urbanismo, en el despegue de la metalurgia y en la formación de las desigualdades políticas y económicas. La Bastida ofrece una oportunidad única y excepcional para conocer esta etapa clave de nuestro pasado.
La sociedad de El Argar supuso un hito en el desarrollo de la vida sedentaria y el urbanismo, en el despegue de la metalurgia y en la formación de las desigualdades políticas y económicas. La Bastida ofrece una oportunidad única y excepcional para conocer esta etapa clave de nuestro pasado.
Estos poblados no priorizaban el acceso a las mejores y/o más extensas tierras de cultivo, pues se advierte una relación inversamente proporcional entre la población que los habitó y el potencial agrícola del que disponían en sus alrededores. Tampoco la proximidad a las principales mineralizaciones metálicas parece haber jugado un papel importante en el emplazamiento de estos grandes poblados. Por tanto, otros motivos más allá de los estrictamente económicos guiaron la elección de tales emplazamientos, tales como las ventajas defensivas o de control estratégico sobre rutas de comunicación y territorios económicos.
Junto a los grandes asentamientos de altura, se distingue otro tipo de poblado, emplazado también en cerro pero de menores dimensiones, que dispone de fortificación y un escaso número de tumbas, tales como Barranco de la Viuda y Tira del Lienzo, ambos en Murcia. Probablemente constituyeron puestos defensivos o de control económico al servicio de los grandes centros como Lorca y La Bastida.
Un tercer tipo de asentamiento incluye pequeñas aldeas ubicadas en llano sobre depósitos cuaternarios y suelos de mayor humedad. A juzgar por las evidencias de procesos productivos halladas en la Loma del Tío Ginés, Los Cipreses y El Rincón de Almendricos, su orientación económica fue principalmente agropecuaria. Es posible que una parte destacada de la producción de estas aldeas fuese transportada y centralizada en los grandes poblados de altura, sobre todo, a finales de época argárica.
En último lugar, pero no por ello menos importante, cabe mencionar la existencia de una serie de poblados argáricos situados directamente en el litoral como Punta de los Gavilanes o Illeta de Banyets. Además de un posible papel en las rutas de comunicación, desde ellos se accedía a la explotación de ciertos recursos marinos.
6. Tumbas:
Las prácticas funerarias argáricas muestran una remarcable uniformidad a lo largo de todo el territorio. Las comunidades inhumaban a sus difuntos bajo el piso del área habitada en sepulturas individuales, a veces dobles y, en pocas ocasiones, múltiples. El cadáver era depositado en posición flexionada y, generalmente, en decúbito lateral o en posición sedente con la cabeza orientada hacia el sur o el oeste.
Los contenedores funerarios son covachas (cuevecillas artificiales excavadas en la roca), fosas excavadas en la tierra, cistas construidas a base de lajas de piedra o en mampostería y urnas de cerámica.
Tumbas 1 y 2 de Zapata (Siret y Siret 1890) |
Tumba en fosa del Cerro de la Virgen (Sáez y Schüle 1987)
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Tumba BA-12 de La Bastida
8. Restos orgánicos:
Entre los restos orgánicos recuperados figuran desechos de alimentación como huesos animales, semillas y plantas cultivadas o recolectadas, instrumentos de trabajo como dispositivos de enmangue, esteras, cuerdas y postes destinados a la construcción de estructuras muebles, así como partes de vestimentas y vainas y otros envoltorios.
Clasificamos los restos orgánicos en:
Granos de cebada desnuda procedentes de Lugarico Viejo e Ifre |
- Materiales de origen leñoso.
- Desechos de comida.
Los materiales de origen leñoso fueron utilizados como combustible y en la elaboración de material constructivo e instrumentos de trabajo. Para postes de sustentación y vigas se preferían maderas ligeras y a la vez resistentes (pino), mientras que para los mangos solían emplearse maderas densas (encina), que evitaran su astillamiento, o maderas de jara/mazano, como es el caso del mango de la alabarda hallada en la tumba 3 de Los Cipreses. Varios ajuares funerarios han proporcionado ejemplos de alabardas y hachas con restos leñosos adheridos al extremo proximal, lo cual permite realizar inferencias sobre la disposición del enmangue con respecto al objeto metálico. Otras especies como el esparto y el lino se emplearon en cestería, cordelería y en la confección de prendas de vestir.
Uno de los mejores ejemplos de conservación en la arqueología argárica lo constituye la tumba nº 121 de Castellón Alto, una covacha tapada con tablas de pino donde reposaban los cadáveres parcialmente momificados de un hombre adulto y un individuo infantil. El hombre conservaba tejido corporal en el cráneo y postcráneo, parte de la barba y, el pelo, recogido en trenzas laterales y una coleta central. Como parte de su vestimenta destacan fragmentos de tejido de lino, posibles restos de lana y una redecilla de cuerda de esparto enrollada en su pierna derecha. El ajuar que se le asocia se compone de cuatro recipientes cerámicos (entre ellos una copa), brazaletes de cobre, anillos de plata, un puñal de cobre con restos de su vaina y una azuela de cobre con mango de madera de encina. La cabeza del individuo infantil parece haber estado protegida por un gorro de lana recubierto de cuero y de lino. El ajuar que acompañó al segundo individuo consiste en un brazalete de bronce en cada antebrazo, tres cuentas de collar y los huesos de una oveja joven.
7. Economía:
Los restos recuperados en talleres, almacenes y contextos funerarios revelan que la producción de alimentos se basaba en la agricultura y la ganadería, y que la metalurgia del cobre, la alfarería, la fabricación de instrumental lítico y la producción textil eran los pilares sobre los que descansaba la producción de artefactos.
Agricultura
Los últimos siglos de época argárica se caracterizan por un peso destacado del cultivo de cereales, entre los cuales destaca la cebada. Los análisis de las concentraciones de este cereal recuperadas en Gatas indican que el grano era transportado ya limpio desde las llanuras al poblado. El pequeño tamaño de las semillas, tal y como reconoció Stika entre los restos recuperados en Fuente Álamo durante la campaña de 1988, y el resultado de los análisis isotópicos de Carbono publicados por Araus y equipo en 1997 sobre semillas de distintos yacimientos, sugieren unas condiciones de crecimiento en régimen de secano, probablemente de carácter extensivo sobre los suelos de margas y gredas de las cuencas terciarias. En cambio, las legumbres y el lino debieron de cultivarse en los suelos más húmedos de las vegas gracias a la inundación natural o a sencillas infraestructuras de regadío.
Ganadería
Los productos ganaderos representan un complemento a la agricultura, del cual se extraen tanto alimentos como materias primas para la elaboración de instrumentos y adornos. En los asentamientos argáricos de altura, el aporte de alimentos procedentes de la caza, la pesca y el marisqueo fue menor que en otros momentos de la prehistoria.
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