LAS PRIMERAS COLONIZACIONES.

LAS PRIMERAS COLONIZACIONES

Tradicionalmente se ha establecido el límite de la Edad del Hierro en el año 850 a.C. Es en esta etapa cuando las diferencias de la evolución cultural de unas regiones y otras se hace más patente: mientras que Europa continental y occidental incluida la Península permanecen en la Protohistoria, los territorios del Mediterráneo oriental habían entrado ya en época histórica desarrollando altas culturas urbanas. El brillante desarrollo cultural de estos pueblos y su posterior expansión por el Mediterráneo influyeron decisivamente en la transformación de las restantes sociedades europeas, al establecerse nuevas vías de comunicación y redes comerciales de intercambio entre las colonias recién fundadas y los pueblos del interior. Como consecuencia, las áreas costeras tuvieron un crecimiento mayor que las áreas del interior-

1. Los fenicios

 El Antiguo Testamento habla ya de navegaciones fenicias en el siglo XX aC, mientras que los textos de autores griegos y romanos sitúan la fundación de Gadir en torno al 1100 a.C. Junto a las factorías de la costa que realizan fundamentalmente una función comercial encontramos la llegada de población con un objetivo agrícola y una cierta organización territorial. En Andalucía parece que puede hablarse de una penetración fenicia desde la costa hasta el valle del Guadalquivir, en busca de las fértiles tierras de la región. Únicamente cuatro asentamientos fenicios:
  • El castillo de  Doña blanca.
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  • El morro de la mezquitilla.
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  • Toscanos.
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  • Chorreras.

Pithos hallados en Chorreras
 
 2. Los griegos

 Del mismo modo que la colonización fenicia, las fechas de las fuentes literarias y de la arqueología no coinciden demasiado. Herodoto nos transmite la noticia de que los focenses fueron los primeros entre los griegos que hicieron largos viajes y descubrieron Iberia y Tartessos, mientras que los testimonios arqueológicos sitúan los restos más antiguos en el sur y sureste de entre los siglos VIII-VII AC. Los primeros establecimientos se encontraron en la costa y deben ser entendidos como establecimientos abiertos, punto de encuentro entre dos sistemas económicos diferentes, dentro de una región donde pueden desarrollar además del comercio, una actividad artesanal.


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3. Los tartessos

Al abrigo de la abundancia de sus recursos naturales, durante la primera mitad del primer milenio AC se desarrolló en una amplia zona del valle del Guadalquivir la cultura tartésica que favorecía por la fertilidad de la tierra y la gran riqueza minera del río Tinto dominó pronto las técnicas metalúrgicas y alcanzó un alto grado de organización social y de refinamiento cultural. Así, los tartesios comerciaron con el Atlántico y establecieron contacto con los griegos y fenicios.
Los hallazgos arqueológicos realizados hasta el momento no permiten hablar de una ciudad concreta sino de una zona geográfica con características similares.
El horizonte cultural tartésico arranca el bronce final y experimenta una evolución determinada por dos factores, su propio desarrollo interno y la influencia de los pueblos colonizadores del Mediterráneo.




En esta evolución podemos distinguir tres grandes fases:
  • Periodo inicial: entre el SIX y VIII aC. Con ausencia de cerámica a torno.
  • Periodo medio: entre el SVIII Y VII aC. Aparecen las primeras piezas a torno.
  • Periodo final: entre el SVII y VI aC. Cuando se intensifica la influencia colonial fenicia y aparecen algunas piezas griegas.
Este proceso ha tenido lugar mediante el contacto entre dos culturas distintas, la fenicia oriental y la autóctona del bronce final. Este panorama debió sufrir una profunda modificación por la demanda fenicia de metales, lo que es un claro indicio de la aparición de la industria de bronces tartésicos.
El motor económico se desplazará entonces hacia las prácticas mineras y metalúrgicas. Todo esto conduce a una diversificación de las prácticas económias y a una mayor estratificación social, apareciendo sectores productivos especializados (minería, metalurgia, orfebrería y cerámica). A la mayor productividad aparecerán excedentes, de los que se apropia una aristocracia militar, junto a lo que veremos un desplazamiento hacia formas de poblamiento de carácter urbano, no solo a nivel local, sino también regional. Esta estructura económica favorecerá la unificación política. 
Las fuentes literarias hacen referencia a un basileus: Argantonio, destacando también la estructuración en grupos familiares gentilicios con jefes de carácter guerrero.


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 La fundación de Massalia (Marsella) por los griegos perjudicó el abastecimiento de estaño en el sur peninsular, de modo que llegará una importante crisis a los asentamientos fenicios del "círculo del estrecho". Paralelamente se produce la transformación de una economía del bronce en una economía del hierro, propia ya de tiempo ibéricos, donde el suroeste se vuó relegado por otras áreas productivas de hierro.
En cuanto a la producción artística tartésica destacar las llamadas artes suntuarias manifestándose en numerosos tesoros de las excavaciones de tumbas y poblados, siendo el más destacable el carambolo.
La más antigua escritura hispánica surge también en esta zona en relación directa con la escritura fenicia. Su cronología oscila entre el siglo VII-V a.C. y aún no ha sido descifrado.




4. Los íberos:

La crisis de la cultura tartésica traerá una mayor vitalidad e influencia de las zonas del sureste y levante. En este proceso tiene especial importancia la presencia griega. El mundo ibérico se configura como un foco de gran riqueza cultural y económica a partir del siglo IV a.C. Dentro de esta cultura ibérica se distinguen tres pueblos:



  • TURDETANOS: Son los herederos directos de los tartésicos. Se sitúan en El Valle del Guadalquivir en torno núcleo como Spal (Sevilla), Karmu (Carmona), Ourón (Osuna) y Astigi (Oecija).
  • ORETANOS: Ocupan la zona minera oriental de Córdoba y Jaén y sus centros principales son Obulco (Porcuna) y Castulo (Linares).
  • BASTETANOS: Localizados entre los pueblos anteriores y la costa mediterránea con núcleos en Basti (Baza), Acci (Guadix) e Ibirri (Granada), extendiéndose también por las áreas montañosas de Andalucía oriental.
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Dama de Baza



Moneda turdetana





La existencia de la ciudad como núcleo básico de la organización interna es uno de los rasgos que caracterizan al mundo ibérico. La distribución de sus asentamientos se realiza de  forma irregular de acuerdo con las posibilidades económicas que presente el territorio. En cuanto a la estructura  socioeconómica  hay  que  destacar  que  debió  centrarse  en la  agricultura y la minería. A  estas  dos   actividades   principales   hay  que   añadir   otras  como  la  artesanía, mereciendo especial mención la aparcición de la moneda.


En lo que respecta a la estructura social, del análisis de las tumbas se puede deducir la existencia de un grupo de nobles o régulos (por la riqueza de sus ajuares funerarios), junto a ellos habría una clase sacerdotal (visible en esculturas y cerámicas), una clase media formada por guerreros, comerciantes y artesanos (con tumbas más pequeñas y ajuares más discretos) y finalmente estaría el grupo social más bajo formado por campesinos en su mayoría (con tumbas pequeñas y a veces sin ningún ajuar).


Para el conocimiento de la organización política del mundo ibérico contamos con datos de fuentes literarias como las obras de Polibio o Titi Livio que mencionan la existencia de reyezuelos en el sur de Hispania, haciendo referencia a monarquías heredadas de la mítica tartessos.


Las manifestaciones artísticas utilizan soluciones arquitectónicas básicas como se puede ver en los restos de Galera o de Toyo.


La escultura es sin duda la manifestación artística más espectacular de estos pueblos íberos pudiendo clasificarse entre:


  • Bronces: son pequeñas estatuillas fabricadas a mode y macizas. Sus lugares de aparición son normalmente santuarios por lo que se supone que eran exvotos de los fieles y que pese a su dispersión territorial, su mayor concentración se da en la provincia de Jaén.
  •  Bulto redondo en piedra: se puede clasificar en dos grupos:
-Figura humana: como la Dama de Baza o la Gran Dama del Cerro de los Santos.
-De animales: que pueden ser reales (leones y toros) y simbólicos (las famosas bichas). Destaca el conjunto de animales y guerreros de Porcuna.
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  •  Relieves: son bastante menos abundantes y se concentran en la zona de Osuna.
Los cartagineses.
-El Imperialismo cartaginés: En la segunda mitad del SVI AC, Cartago adquiere el carácter de Estado. 
Con el conocimiento actual, no se puede hablar de una conquista por parte de Cartago de los territorios del sur peninsular pues su finalidad esencial era establecer una demanda de minerales. Su presencia sí va a revitalizar las estructuras políticas, sociales y económicas (introduciendo una economía monetaria en Secsy, Baria y en Jardín. A estos enclaves había que añadir el llamado "círculo del estrecho", dirigido por Gadir como Baelo o Carteia. La derrota de Cartago por Roma en la primera Guerra púnica significó el derrumbamiento de todo el edificio comercial de Cartago en Occidente. Las noticias fragmentarias de la actuación de Amílcar en la Península permiten saber que tuvo que librar muchos encuentros armados para el sometimiento de los pueblos del Valle del Guadalquivir, pero que consiguió extender los dominios cartagineses hasta la altura de Alicante.
No hay constancia de la obtención de riquezas a través de los expoleos de sus enemigos y con el control de los distintos mineros al menos la de Cástulo. Sería su yerno Asdrubal quien organizó administrativamente los nuevos dominios sentando las bases para un Estado federal íbero-púnico, aprovechando las propias instituciones indígenas, vinculándose mediante matrimonios a las élites dominantes indígenas. 
En el 226 AC Roma y Cartago sellan el "Tratado del Ebro" en el que se fijaba este río como límite para la expansión cartaginesa .
En la Segunda Guerra Púnica entre 218-204 AC encontramos a "hispanos" cuando gran parte de las tropas de Aníbal cruza los Pirineos para dirigirse a Italia. 
Tras varios fracasos cartagineses en la zona del Ebro, el ejército romano avanza con rapidez hacia el sur y el año 216 AC se cubre con nuevos éxitos militares romanos al norte de Guadalquivir (en Osuna, Iliturgi y Castul). En el 211 tras una emboscada cerca de Linares, el ejército romano tiene que retroceder hasta los Pirineos hasta que un año después Cornelio Escipión reorganiza las tropas y en la batalla de Baecula, consigue controlar el paso de Despeñaperros. El año 206 AC, Gadir viendo que no tenía sentido ni intentar resistir a los romanos, se entrega sin lucha poniendo fin a la guerra de los romanos y cartagineses en Hispania, pasando a llamarse Gades. 
La expansión de los cartagineses llevaría a que todas las comunidades quedaran bajo la condición de poblaciones dependientes de Roma y solo aquellas ciudades como Malaka, que ya eran amigas de Roma, mantuvieron su estatus de ciudades libres.








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