CANCIÓN ANDALUZA- Lucía
EL KANKA- ANDALUCÍA
1. El Kanka.
Juan Gómez Canca (Málaga, 1982), conocido artísticamente
como El Kanka, es un cantautor, compositor y músico español. Desde que empezó
su carrera en solitario en 2007 ha conseguido consagrarse como uno de los
mejores figurantes de la nueva generación de cantautores de España. Su música
es un punto de afluencia de diferentes estilos y músicos: Roberto Iniesta, La
Cabra Mecánica o Jorge Drexler entre otros.
Nació en Málaga en 1982. Completó el primer curso en los
estudios superiores de Económicas, donde ya empieza a despuntar con la
guitarra. Frustrado por no sentirse realizado interiormente, empieza a estudiar
Filosofía, al mismo tiempo que lo compagina con el estudio de guitarra en el
conservatorio. Esto desemboca en la formación de su primer grupo, Doctor
Desastre, que posteriormente se conocería como T de Trapo. Gracias a una beca
Séneca y con un amorío por aliciente, se muda a Madrid. Una vez allí, empieza a
impartir clases de guitarra en un colegio de curas. Es entonces cuando empieza
a participar en diferentes certámenes, con gran éxito en Cantautores Ciudad de
Elche, Cantigas de Mayo o Málaga Crea, convirtiéndose en unos de los artistas
más laureados del territorio español.
Primeros proyectos y álbumes:
En 2011 lanza su primera maqueta Más triste es robar.
Posteriormente, saldrían a la venta tres discos suyos: Lo mal que estoy y lo
poco que me quejo (2013), El día de la suerte de Juan Gómez (2014) y De pana y
rubí (2015). En
febrero de 2017 y por primera vez a través de su propio sello lanzó el single
Andalucía, un homenaje a su tierra natal que sirvió como adelanto de su cuarto
trabajo, llamado El arte de saltar (2018), que se publicó a finales de febrero
de 2018.
Repercusión:
Escasas y variadas han sido sus apariciones en los mass
media, desde periódicos como El País, cadenas de televisión, como La 2, y sobre
todo en webs, incluso colombianas, tibetanas, mexicanas y chilenas debido a la
gira que llevó a cabo en estos países. Esta gira representa el fruto de sus más de
diez años de experiencia de cara al público que acompañan al cantante
malagueño. Al estar incluido en la nueva generación de cantautores españoles,
destaca su presencia en las redes sociales, sobre todo en YouTube, donde cuenta
con más de 94.000 suscriptores y 30.000.000 visualizaciones, y en Spotify, con más de
340.000 escuchas mensuales y una decena de temas que superan el millón de
escuchas
Discografía:
- Lo mal que estoy y lo poco que me quejo, abril 2013.
- El día de suerte de Juan Gómez, abril 2014.
- De pana y rubí, noviembre 2015.
- El arte de saltar, febrero 2018.
Colaboraciones:
Son numerosas las colaboraciones con diversos artistas tanto
del territorio nacional como internacional, aquí las más destacadas:
-El Kanka & Rozalén. Volar. España
-El Kanka & Carmen Boza. Vengas cuando vengas. España
-El Kanka & The Mexicats. Querría. México
-El Kanka & Mikel Izal. A Desobedecer. España
-El Kanka & Dry Martina. A Dieta de Dietas. España
-El Kanka & Camilo Echeverry. Canela en rama. Colombia
-El Kanka & Manuel Medrano. Que bello es vivir. Colombia
-El Kanka & Guevara. Confesión. España
-El Kanka & El Niño de la Hipoteca. Llámame Fino. España
-El Kanka & Jorge Drexler. Por tu olor. Uruguay
-La Otra & El Kanka. Contigo. España
-Fernando Lobo+el Kanka+El Manin. Bendito poniente. España
-El Jose & El Kanka. Un solo corazón. España
2. Andalucía(El Kanka).
La de las callejas
estrechas y blancas,
la que cuando pena
se pone a cantar.
La de la Alameda
y la de la Alhambra,
la de pedid tierra,
pedid libertad.
La de Machado y Camarón,
la del compás por derecho
y la de partirse el pecho
porque sobra corazón.
La de levante y poniente,
la que se salta las leyes,
la de la gente corriente
que tiene sangre de reyes.
La que revive a la poesía
en cuanto el día se muere.
A su ventana me asomo
y su alegría me hiere.
Nadie te va a querer como
Andalucía te quiere.
La de la Mezquita
y la del espeto,
la de la barquita
entre el sol y el mar.
La de la aceituna
y el aceitunero.
La que por febrero
huele a carnaval.
La que Picasso describió
y con la que Lorca pintó,
Velázquez, Paco y Alberti,
Carlos Cano y Juan Ramón.
La surrealista más real,
la del amargo salero,
elegante sin arreglar,
millonaria sin dinero.
La que revive a la poesía
en cuanto el día se muere.
A su ventana me asomo
y su alegría me hiere.
Nadie te va a querer como
Andalucía te quiere.
3. La historia de la música en Andalucía.
Muy pocas regiones del mundo tienen un patrimonio musical
tan rico como el de Andalucía. Pese a la simplificación que se suele realizar
del folclore y la música popular andaluza, Andalucía, durante milenios tierra
de encuentro de las formas musicales europeas y orientales, es la fuente de las
esencias, el objeto de inspiración y el espejo en el que se mira la cultura
musical española. Andalucía tiene desde el comienzo de la historia una
personalidad musical propia e irrepetible, resultado de la fusión de los
ritmos, melodías, ritos, danzas e instrumentos que los diversos pueblos y
circunstancias históricas sedimentan. El estudioso catalán Jaime Pahissa, al
hablar de las características de la música española, asevera que éstas son,
indudablemente, las propias de la música típica andaluza. Esto es: los ritmos
acusados, fuertes a veces hasta llegar a la dureza, formando fórmulas
repetidas; los melismas y las cadencias de un aire entre árabe y oriental,
creado y naturalizado en la España potente, original y palpitante de vida
inagotable. Desde las puellae gaditanae
de la Gades protohistórica hasta los últimos estertores del romanticismo
musical de Albeniz, Falla y Turina, casi siempre andaluz en su origen y
concepción, el pueblo andaluz es el que lleva la primacía y el que aglutina en
su música los principales caracteres genéricos de lo español.
Prehistoria y Antigüedad.
La música está presente en la
génesis de la especie humana, en especial como elemento sagrado en el
acompañamiento de ritos religiosos y funerarios. La música se considera
entonces un elemento sagrado, reservado tal vez a las personas más importantes
de la comunidad, y son muchos los vestigios de primitivos instrumentos
musicales que llegan hasta el presente. Antonio Martín Moreno, en su Historia
de la música andaluz , menciona restos del Paleolítico Medio (150.000-40.000
a.C.), entre los que se encuentran huesos tallados o raederas que hacen suponer
algún tipo de acompañamiento musical, vocal o instrumental; en la cueva de la
Zájara, en Almería, se ha encontrado una concha de vieira del Auriñaciense
(Paleolítico Superior, 31.000-8.000) dotada de una perforación que permite
suponer que debe usarse en parejas, como crótalos, o aisladamente como
idiófono. Aunque las culturas de los Millares y El Argar no es muy rica en
vestigios musicales, el pueblo fenicio, introductor de diversas traducciones
musicales semitas, trae consigo pruebas irrevocables de la importancia de la
música, producida o acompañada mediante diversos resonadores, con casi toda
probabilidad membranófonos, de caja, ovoides y troncónicos.
Es precisamente en la Cádiz fenicia donde Estrabón, citando
a Posidonio, sitúa la primera referencia de las muchachas cantoras o puellae
gaditanae , que pasados los siglos alcanzan una gran fama en Roma y su imperio
y son elogiadas por Juvenal, Plinio o Marcial. Estas bailarinas utilizan la
baetica crusmata , especie de castañuela bética o andaluza que llega al
presente. La música romano-andaluza, que jugará un papel esencial en el teatro
y en diversos cultos como el del dios Baco, poco a poco se formaliza y tiene en
Andalucía algunos de sus primeros tratadistas, como Séneca o Marco Fabio
Quintiliano, natural de La Calahorra (Granada).
La música visigótica o mozárabe.
La cristianización de
Imperio impulsada desde Roma y, posteriormente, la llegada de los visigodos a
la Península, provoca que la música pagana vaya desapareciendo, refugiándose en
el folclore y en la tradición de bardos y juglares, y se reduzca a la
unificación de la práctica musical cristiana. La liturgia visigótico-mozárabe
tiene su periodo más brillante entre el cuarto Concilio de Toledo ?presidido
por San Isidoro de Sevilla? y el fin del periodo visigodo tras la conquista
musulmana, cuando la música mozárabe sobrevive como expresión, inicialemente
permitida, de religiosidad cristiana en tiempos de dominio árabe. La liturgia
visigótica, propia del sur peninsular frente a las liturgias ambrosiana o
milanesa o la galicana o francesa, conserva sus características propias incluso
después de la reforma impulsada por el papa Gregorio Magno, que da lugar al
canto romano o gregoriano. La escuela musical sevillana, que florece en los
siglos VI y VII y tiene a San Leandro y San Isidoro sus principales impulsores,
tiene buena parte de la responsabilidad de esta resistencia, por la que
Andalucía se mantiene al margen de la reforma gregoriana. En sus Etimologías ,
San Isidoro ofrece una amplia información sobre la práctica del canto en los
templos españoles, los instrumentos de la época, la división teórica y práctica
de la música, etc. Esta personal interpretación de la liturgia musical católica
por los primeros cristianos andaluces, unido a las tradiciones profanas, que
subsisten pese a la persecución de las autorirades clericales, fertilizan el
terreno para que, con la llegada de los musulmanes, la música andalusí
cristalice en una explosión de creatividad y variedad.
La música andalusí.
Las Cantigas de Santa María.
Tanto Fernando III como su hijo y heredero, Alfonso X el Sabio, son dos
grandes amantes y promotores de la música. En sus familias había una gran
tradición en la protección de músicos y juglares, y la música andaluza también
se beneficia de este mecenazgo. Si Córdoba es posiblemente la primera ciudad de
Europa donde se enseña la polifonía, Alfonso X el Sabio se preocupa de
introducir la Música en el Quadrivium junto con la Aritmética, la Astronomía y
las Matemáticas? y crea una importantísima cátedra de Música en Salamanca. La
música castellana se enriquece con la aportación de las tradiciones judías y
árabes, y son los propios nobles los que reclaman la presencia de los mejores
músicos arábigo-andaluces en sus cortes.
En este rico contexto, que tiene uno de sus principales
escenarios la corte de Sevilla, surgen las Cantigas de Santa María , una obra
que bastaría por sí sola para situar la música española en un puesto de honor.
Algunas de las cantigas son compuestas en los Alcázares de Sevilla y la
influencia de la música andalusí es innegable. También es remarcable la
influencia andaluza en el plano instrumental, al introducirse una gran cantidad
de instrumentos de origen árabe-persa: las dobles flautas, mandolas, rebabs ,
gigas, jayal, la rota, el rabel, el canun (salterio o arpa), el munis , la
quenira (especie de cítara), la guitarra y el zolami (oboe) entre otros.
La música religiosa y profana del XV. Básicamente, el siglo
XV es una centuria de transición hacia el gran florecimiento musical andaluz
del XVI. La música culta tiene dos centros de creación bien definidos, las
catedrales y los palacios de los nobles, y en ambos se están haciendo progresos
notables. Las catedrales de Andalucía se preocupan por reclutar buenos
maestros, organistas y cantores. De los primeros, que son los autores de los
composiciones, nos ha llegado una buen listado de nombres, de los que
desafortunadamente se conocen pocos datos biográficos. Vinculados a la catedral
de Sevilla están Pedro de Escobar ?al que se le atribuyen 43 obras? y Francisco
Peñalosa, que es el autor que cuenta con más obras que han llegado hasta
nosotros, entre las que figuran tres misas, lamentaciones y unos 30 motetes.
No obstante, se conservan muchos más datos sobre la música
profana, sobre todo a través de la crónica que retratra diversos episodios de
las festividades y las celebraciones en la corte de don Miguel Lucas de Iranzo,
condestable de Jaén. De gran valor es la crónica de su boda con doña Teresa de
Torres, en la ?iglesia mayor? de Jaén, y en cuyas celebraciones la música y la
danza se suceden durante varios días: ?Yva tan grand moltitud et ruydo de
atabales, tronpetas bastardas et ytalianas, chirimías, tanborinos, panderos et
locos (...) que non avíe persona que una a otra oyr se pudiesen, por çercaet
alto que en uno fablasen?. En efecto, la danza forma parte esencial de la
nobleza e incluso el pueblo llano andaluz, sobre todo con motivos de bodas,
nacimientos, fiestas religiosas y paganas. Afortunadamente, en el Cancionero
Musical de Palacio se conserva la música de una de estas danzas altas,
compuesta por el autor sevillano Francisco de la Torre, que es representado en
el cancionero con 14 composiciones polifónicas más. Pero no es el único andaluz
que aparece en el Cancionero , obra fundamental puesto que da buena idea de la
música que se escucha en la corte española y en la casa de Alba. Entre todos
los nombres, el más importante es el de Juan del Encina. Salmantino de
nacimiento, Juan del Encina es nombrado en 1508 arcediano de la catedral de
Málaga, y desde entonces está muy ligado a esta ciudad. Testimonio de su
destacado legado musical es que sus obras están presentes en el Cancionero de
Palacio , de la Biblioteca Colombina, de Barcelona, de Elvas, de Madrid, de
Segovia y de Florencia. Suyos son los famosos versos ?¿Qué´s de ti,
desconcolado?/ Qué´s de ti, rey de Granada?/ ¿Qué´s de tu tierra i de tus
moros?/ ¿Dónde tienes tu morada??. Pese a la fama que más tarde alcanza Juan
del Encina, el compositor más representado del Cancionero es Juan de Triana,
sevillano de cuna.
Exclusivamente andaluz es, por el contrario, el Cancionero
Musical de la Biblioeteca Colombina, un
manuscrito anterior a 1492, de carácter netamente profano, en el que se
integran obras de Juan Urrede, J. de León, Madrid, Moxica, Lagarto, Gijón,
Enrique, Cornago, Belmonte y Juanes, así como Juan de Triana, Hurtado de Jerez
y Francisco de la Torre, ya presentes en el Cancionero de Palacio.
La contribución andaluza no se reduce, sin embargo, a un
nivel práctico, sino que también es fundamental en el plano teórico. El primer
tratado de teoría musical escrito en castellano se redacta en Sevilla y está
fechado en 1410. Su autor era Juan Ferrand y se llama Reglas de canto plano o
de contrapunto o de canto de órgano . Además de la existencia de otros manuscritos
de fecha más tardía, no se puede olvidar la contribución de Bartolomé Ramos de
Pareja, nacido en Baeza (Jaén) en torno a 1440, aunque residente en italia el
último tramo de su vida, uno de los grandes teóricos musicales del
Renacimiento. Aunque se le conocen algunas composiciones, lo más fructífero y
esencial de su trabajo es la superación de la vieja teoría musical del
hexacordo (seis sonidos en la escala) y la elaboración de un nuevo sistema para
solfear, basado en el octocordo, esto es, un nombre para cada uno de los ocho
sonidos de la escala. Asimismo, y en palabras de Antonio Martín Moreno,
?abandona la vieja teoría pitagórica sobre los intervalos y establece una nueva
y original, basada en las matemáticas de las proporciones para explicar la
tercera mayor y menor, ofreciendo con ello un nuevo punto de partida para la
teoría de la armonía. A todo lo anterior, se viene a sumar la aparición en
Sevilla, en 1492, del primer libro impreso sobre música, titulado Lux
Bella y cuyo autor es Domingo Marcos Durán.
El Siglo de Oro.
La música andaluza juega un papel esencial
en el XVI, que es el Siglo de Oro de la Música española. El descubrimiento de
América y las grandes riquezas procedentes de las Indias repercuten en las
catedrales, que cuentan con el dinero suficiente para contratar, a menudo por
cantidades muy elevadas, a importantes maestros de capilla, así como
organistas, ministriles y niños cantores. En el siglo XVI, Sevilla se convierte
en centro de irradiación musical, y las celebraciones en la catedral cuentan a
menudo con un aparato tan importante como para competir con las mejores de toda
la Cristiandad. Se considera a Pedro Fernández de Castilleja el fundador de la
Escuela sevillana, y además del valor indudable de sus composiciones le cabe el
honor de haber sido el maestro de dos genios de la música universal, Francisco
Guerrero y Cristóbal de Morales . El impresionante éxito editorial de sus
composiciones la música de Morales se difunde con tanto éxito por Europa que
en 20 años se hacen más de 40 ediciones impresas y la fama que alcanzan en
Alemania, Italia, Francia y los Países Bajos no tiene precedentes en la música
Española. También nos llega el nombre de algunos organistas, el más brillante
de los cuales es Francisco Peraza. No hay que reducir, sin embargo, la
brillantez musical del XVI a Sevilla, ya que las catedrales de Málaga y
Granada, así como la Capilla Real de ésta última, también alcanzan altas cotas
de excelencia.
En este siglo, la música civil o profana también se
beneficia del ambiente humanista que reina en las principales casas
aristocráticas. Las cortes del duque de Arcos en Marchena (Sevilla) que cuenta
durante algún tiempo con los servicios del mismísimo Cristóbal de Morales, del
duque de Osuna y del marqués de Medina Sidonia disfrutan de sus propios
serviciosmusicales, influencia de la nobleza italiana. En estas cortes, en las
que se desarrolla una floreciente literatura musical andaluza, especialmente para
laúd, violas de arco e instrumentos de tecla, el instrumento más apreciado es
la vihuela. Aunque a partir de 1578 la vihuela de mano comienza a ser
suplantada por la guitarra, entre 1535 y 1576 su práctica musical da lugar a
uno de los repertorios musicales más ricos de Europa. Intérpretes excepcionales
de vihuela fueron Alonso de Mudarra y Luis de Narváez.
En el apartado de la música vocal profana destaca Juan
Vázquez, que dio a la imprenta un libro de Villancicos y canciones a tres y
cuatro (1551) y una Recopilación de sonetos y villancicos a cuatro y a cinco
(1560), y cuyo mayor mérito consiste en marcar la evolución de la forma
tradicional del villancico al madrigal italiano. No obstante, frente a esta
fuente impresa única de música vocal profana que constituye la obra de Juan
Vázquez, abundan los testimonios manuscritos, entre los cuales el más
importante es el Cancionero musical de la casa de Medinaceli , que sucede
cronológicamente y en importancia al Cancionero de Palacio y que es un ejemplo significativo del
humanismo musical del XVI. En este cancionero, se pone música a las
composiciones de destacados poetas, como Boscán, Garcilaso, Gutierre de
Cetrina, Jorge Montemayor, Gregorio Silvestre o Hurtado de Mendoza, entre
otros.
El plano de la teoría musical se verá sacudido, como es
común en todos los campos, por la extensión de la imprenta. Junto a la
biblioteca de El Escorial, la Biblioteca Colombina, recopilada por el humanista
y bibliófilo Hernando Colón, alberga la mayor colección de España de obras
musicales. En ella figuran todos los libros de los teóricos musicales y de
música práctica editados en Italia, Alemania, Bélgica y España. Entre los
libros impresos en Andalucía habría que destacar el Missale Hispalense (1500);
el libro Arte de canto llano , de Juan Martínez de Sevilla; el Libro de música
práctica , de Francisco Tovar; y sobre todo la prolífica e influyente
producción de fray Juan Bermudo, que ofrece información continua sobre el
panorama musical andaluz de la época. Este rico contexto facilita, asismismo,
la extensión de la música culta por Iberoamérica.
El nacimiento de la música moderna.
El siglo XVII señala un nuevo camino en la práctica musical. Se inaugura lo que se ha llamado música barroca, y que según algunos autores se extiende hasta bien entrada la centuria siguiente. El siglo XVII, según Antonio Martín Moreno, es el del nacimiento de las grandes formas de la música occidental, como el bajo continuo, la monodia acompañada, la suite , la sonata, la cantata, el concerto grosso , la ópera, etc. Estas nuevas formas rompen con la unidad estilística del Renacimiento. Aunque aún se cultiva la polifonía contrapuntística, se produce, como fenómeno esencial, la ruptura de estilo, de tal manera que los compositores se ven obligados a dominar las formas tradicionales y las más novedosas.
El siglo XVII señala un nuevo camino en la práctica musical. Se inaugura lo que se ha llamado música barroca, y que según algunos autores se extiende hasta bien entrada la centuria siguiente. El siglo XVII, según Antonio Martín Moreno, es el del nacimiento de las grandes formas de la música occidental, como el bajo continuo, la monodia acompañada, la suite , la sonata, la cantata, el concerto grosso , la ópera, etc. Estas nuevas formas rompen con la unidad estilística del Renacimiento. Aunque aún se cultiva la polifonía contrapuntística, se produce, como fenómeno esencial, la ruptura de estilo, de tal manera que los compositores se ven obligados a dominar las formas tradicionales y las más novedosas.
Los nombres más importantes de este siglo son Alonso Lobo,
natural de Osuna (Sevilla), maestro de capilla de la catedral de Sevilla y
compositor de gran prestigio en su época; Sebastían Durín, natural de Brihuega
(Guadalajara), que ocupa durante cuatro años el puesto de segunto organista de
la catedral de Sevilla y del que se conserva una zarzuela de 1696, la primera
que se conoce con música y textos completos; Sebastián López de Velasco,
racionero de la catedral de Granada, que realiza una muy importante aportación
en el campo de la música policoral española y la práctica de las formas típicas
del Barroco musical español; Esteban de Brito, posiblemente natural de Évora
(Portugal) y maestro de capilla de la catedral de Málaga hasta su muerte, que
deja un amplio catálogo compositivo; y Francisco Correa de Araujo, organista de
la Catedral de Jaén, que realiza una de las aportaciones más interesantes del
XVII, el libro titulado Facultad orgánica , un espléndido repertorio para
órgano, con 69 composiciones, precedido de diez capítulos sobre la teoría de la
Música.
En el apartado de la música profana, son numerosos los
compositores andaluces que integran los distintos cancioneros que se conservan.
Tanto en el cancionero conservado en la Biblioeteca Nacional como en el
Cancionero de Turín , así como en el de Medinaceli, también llamado de Tonos
castellanos para diferenciarlo del cancionero del siglo XVI, y en el Libro de
tonos humanos , figuran nombres como Gabriel Díaz, Francisco Gutiérrez y
Palomares, Francisco Muñoz y Diego Gómez. Una fuente importante de música
profana en esta época son las poesías del cordobés Luis de Góngora , que en
el XVII son armonizadas por una gran cantidad de autores, como Mateo Romero,
Juan Blas de Castro, Gabriel Díaz, Diego Gómez, Francisco Guerau, Juan Hidalgo,
Juan Arañés, Tomás Cirera y Manuel Correa.
En cuanto a la teoría musical, junto a la Facultad orgánica
de Francisco Correa de Araujo, hay que citar el Discurso sobre el arte del
danzado y sus excelencias y primer origen reprobado de las acciones deshonestas
, de Juan de Esquivel Navarri, una obra muy valiosa para el estudio de la
técnica y la historia de la danza.
El siglo XVIII. Aunque algunos autores prolongan la música
barroca hasta el1750, año de la muerte de Juan Sebastián Bach, lo cierto es que
desde el inicio de siglo se notan actitudes diferentes, que contribuyen al
establecimiento del temperamento igual ?que consiste en la participación del
tono en dos semitonos iguales? y el nacimiento de la Armonía como ciencia que trata
de los acordes y su encadenamiento, cuyas bases son puestas por Rameau en su
Tratado de Armonía (1722). Frente a la música religiosa, que continúa teniendo
un papel protagonista, el nuevo principio rector de la música será el placer y
la diversión de las clases más pudientes.
En la música religiosa destacan Pere Rabassa, oriundo de
Valencia, que llega a Sevilla y deja nueve misas, cinco misereres, himnos,
salmos y motetes, así como un Tratado de composición ; Domingo Arquimbau,
compositor muy prolijo por toda España, que en Andalucía deja un gran número de
obras en Córdoba, Málaga, Granada y Sevilla; los brillantes organistas de la
catedral de Málaga José Barrera, Esteban Redondo y Joaquín Tadeo de Murguía;
Agustín Contreras, del que existen en el archivo catedralicio de Córdoba una
gran cantidad de obras, en las que práctica la policoridad de manera magistral;
o el barcelonés Jaime Balius y Vila, maestro de capilla en la catedral de
Córdoba, donde también se conserva la mayor parte de su extensísima producción,
integrada por centenares de composiciones.
En el ámbito profano, la música del XVIII se caracteriza por
la llegada a Sevilla de la corte de Felipe V e Isabel de Farnesio, que se
instalan en los Alcázares. Con ellos viene Doménico Scarlatti, que permanece en
Sevilla durante cinco años. Esta estancia explica la presencia de la música
andaluza en las composiciones de Scarlatti. Según Kirkpatrick, ?ningún
compositor español, incluido Manuel de Falla, consigue expresar la esencia de
su país de forma tan completa y elocuente como lo hizo el italiano Scarlatti. Asimismo, destacan Gaspar Molina y Saldívar, marques de Ureña, y Francisco de
Paula Mico y Cifuentes, marqués de Méritos, ilustrados muy amantes de la música
que encargan a Joseph Haydn ?Las siete palabras, destinada en su origen a la
iglesia de la Santa Cueva de Cádiz.
También surgen en esta época la música teatral, con la
tonadilla escénica y la ópera como principales géneros. Las ciudades de Cádiz y
Sevilla, compitiendo con Madrid y Barcelona, se confirman muy pronto como
florecientes centros de este tipo de representaciones, y de aquí surgiran
figuras tan importantes como María Antonio Vallejo Fernández, La Caramba, y
el cantante y compositor de ópera Manuel García .
El romanticismo musical andaluz. En el siglo XIX la música,
considerada el arte ideal para la expresión del sentimiento, toma por primera
vez la delantera de manera evidente al resto de las artes. A partir del XIX, ya
no es la música la que se expresa a través del hombre, sino el hombre el que se
expresa a través de la música. Surge así el romanticismo musical, una corriente
que en Andalucía devuelve a la música su esplendor tardomedieval y que se
prolonga, gracias a importantísimas figuras como Manuel de Falla o Albéniz, hasta
bien entrado el siglo XX.
Cádiz se revela en este siglo como un importante centro
musical. De allí proceden, entre los más destacados, Ventura Sánchez de Madrid,
quien además de ser abogado y alcalde de Algeciras, compone resonantes
zarzuelas y óperas que alcanzan gran éxito en Madrid, Sevilla o Lisboa; Rafael
Taboada y Mantilla, autor de más de 40 zarzuelas; o Lucas Guenee, que llega a
ser director de la orquesta del Palais Royal de París. De Córdoba son Eduardo
Lucena , Cipriano Martínez Rücker * ?uno
de los autores más relevantes de la música andaluza?, y José Molina León,
compositor y director y uno de los fundadores del Centro Filarmónico Eduardo
Lucena.
En Granada, hay que citar a la familia Guervós, cuyo
iniciador es José Guervós del Castillo y, entre otros, Antonio de la Cruz * ,
autor de canciones, romanzas en español e italiano, canciones andaluzas,
colecciones de valses, polkas y melodías, además de varios libros sobre música.
De la provincia de Huelva es Pedro García Morales, que entre 1918 y 1920 es
director de las orquestas sinfónicas de Londres, Cambridge y Birmigham y que
deja piezas tan inspiradas como su Esquisse Andalousie. De Jaén surgen José
María Ventura, oriundo de Alcalá la Real, quien alcanza una enorme popularidad
en Cataluña bajo el nombre de Pep Ventura, ya que fue él quien crea la tenora,
reforma la antigua cobla ampurdanesa y reforma la sardana. Según Antonio Martín
Moreno, José Ventura es el primer músico que se inspira en el folclore de
Cataluña. Junto él, también son jiennenses Francisco Reparaz y Chamorro,
compositor de zarzuelas, escritor y traductor de mérito nacido en Linares, y
Ramón María Montilla Romero, originario de Alcaudete. En Málaga sobresale la
meritoria figura de Eduardo Ocón y Rivas *, un autor de enorme influencia,
puesto que en su música se inspiran la mayoría de los compositores
nacionalistas posteriores. La labor de Eduardo Ocón es tan importante que
eclipsa la labor de otros músicos malagueños posteriores, como Antonio José
Cappa, José Cabas Galván y su hijo José Cabas Quiles. Finalmente, de Sevilla
son Jerónimo Jiménez y Bellido y Luis Leandro Mariani .
En el plano de los intérpretes destacan la gaditana Dolores
Espadero, extraordinaria pianista, residente en 1810 en La Habana y madre del
también pianista y compositor Nicolas Ruiz Espadero; José Miró y Anoria,
también de Cádiz, introductor en España del método pianístico Thalberg; y,
sobre todo, el guitarrista almeriense Julian Arcas , iniciador de una
brillante escuela que devuelve a la guitarra su antiguo esplendor. No en vano,
bajo su maestrazgo se forman los guitarristas españoles más importantes del
XIX, como Cano, Viñas, Parga, Carnicer, Tárrega, etc. En el plano teórico, hay
que citar a José Parada y Barreto, de Jerez de la Frontera, y Juan de Castro,
natural de Andújar, fundador de las revistas España musical, artística y
literaria y El diario de teatros y autor
de numerosos tratados.
La música nacionalista.
El romanticismo musical, que tanto auge tiene en Andalucía en el siglo XIX, prepara el terreno para el nacimiento del nacionalismo musical, que surge en el siglo XX, según Martín Moreno, como un decidido interés por la música popular y su utilización como base de la música culta. El nacionalismo musical, aunque se cultiva en toda España, es un fenomeno predominantemente andaluz, ya que Andalucía y su música son el motor y la inspiración de este movimiento, que produce cuatro compositores de talla internacional, Manuel de Falla, Joaquín Turina , Enrique Granados e Isaac Albéniz . Junto a ellos, el otro nombre más importante de la música andaluza del XX es el guitarrista Andrés Segovia , que eleva la guitarra a la categoría de instrumento culto que ostenta hoy. La presencia de estos gigantes de la música ensombrece el papel de otros músicos coetáneos, si bien no resta importancia a la labor de otros compositores como Francisco Alonso López , Ángel Barrios , Alfredo Larrocha, Manuel Infante y Manuel Font de Anta , así como a la tarea investigadora del malagueño Rafael Mitjana y Gordon.
El romanticismo musical, que tanto auge tiene en Andalucía en el siglo XIX, prepara el terreno para el nacimiento del nacionalismo musical, que surge en el siglo XX, según Martín Moreno, como un decidido interés por la música popular y su utilización como base de la música culta. El nacionalismo musical, aunque se cultiva en toda España, es un fenomeno predominantemente andaluz, ya que Andalucía y su música son el motor y la inspiración de este movimiento, que produce cuatro compositores de talla internacional, Manuel de Falla, Joaquín Turina , Enrique Granados e Isaac Albéniz . Junto a ellos, el otro nombre más importante de la música andaluza del XX es el guitarrista Andrés Segovia , que eleva la guitarra a la categoría de instrumento culto que ostenta hoy. La presencia de estos gigantes de la música ensombrece el papel de otros músicos coetáneos, si bien no resta importancia a la labor de otros compositores como Francisco Alonso López , Ángel Barrios , Alfredo Larrocha, Manuel Infante y Manuel Font de Anta , así como a la tarea investigadora del malagueño Rafael Mitjana y Gordon.
El siglo XX tiene un colofón de oro con el compositor
sevillano Manuel Castillo y con el granadino Juan Alfonso García García ,
quien a su vez es el maestro de Francisco Guerrero , José García Román y
Manuel Hidalgo. En el plano teórico, la principal aportación la realiza el
musicólogo Antonio Martín Moreno , quien con su trabajo sienta las bases para
la recuperación de los estudios musicales en Andalucía.
4. Géneros musicales más famosos en Andalucía.
Flamenco:
El
flamenco es un género de música y danza que se originó y desarrolló en la Baja
Andalucía a partir del siglo XIX, que tiene como base la música y la danza
andaluza y en cuyo desarrollo han influido notablemente los gitanos. El cante,
el toque y el baile son las principales facetas del flamenco el cual se ha
convertido en uno de los principales referentes de la cultura andaluza y
española en todo el mundo.
Copla
andaluza:
La
copla andaluza es un tipo de canción ligera que floreció en España a partir de
la década de 1940. Quintero, León y Quiroga son los tres creadores más
importantes de este género, entre otros muchos.
Contemporáneamente
cabe hacer mención a los compositores e intérpretes de copla andaluza, como
Estrellita Castro, Lola Flores, Carlos Cano, Juanito Valderrama y Rocío Jurado.
Rock:
El
Rock Andaluz es un subgénero de fusión entre el rock y la música folclórica
andaluza, en especial el flamenco. Su desarrollo abarca la segunda mitad de la
década de 1970 y los primeros años de la de 1980, aunque los primeros grupos
que realizan fusiones en esta línea, lo hacen en el cambio de década entre los
años 1960 y los 70 (Gong, Smash, Gualberto, Nuevos Tiempos...).Como subgénero, formó parte de un movimiento general de búsqueda de las raíces,
que dio lugar a corrientes similares en Castilla, Cataluña y otros lugares,
además de recuperar para el gran público músicas de origen tradicional,
incluida la música celta.
En
el desarrollo del género, se siguen dos grandes líneas, relacionadas con
géneros musicales predominantes en el rock de la época:9 Por un lado, la línea progresiva y sinfónica, que fue la más numerosa
y la que más éxito de ventas obtuvo (Triana, Alameda, Cai, Imán, Mezquita...); por otro, la línea
de fusión jazzera, que incorporó a grupos como Guadalquivir, Vega o La Banda
del Tío Paco. Hubo una tercera línea de desarrollo, más tardía, que partía de
supuestos más cercanos al rock duro, con Storm como pioneros y Medina Azahara como
grupo más conocido, y el único que sobrevive.
Blues:
El
Blues está fuertemente vinculado al desarrollo del rock en Andalucía y ha
logrado mantener una escena regional propia al menos desde 1967, cuando los
grupos de rock progresivos sevillanos impulsaron la escena musical andaluza.
Tanto Gong, que aparece en 1967, como Smash (1968) o Green Piano (1969),
grabaron singles compuestos por temas blues, todos ellos para el sello catalán
"Als 4 Vents".10 Con el comienzo de la década
de los 80, aparece uno de los grupos emblemáticos del blues-fusión andaluz,
Pata Negra,
liderada por Raimundo Amador, que había estado en el grupo Veneno, y su hermano
Rafael. La banda realiza un blues-rock organizado sobre conceptos flamencos. En
los años siguientes, aparecen algunas de las bandas señeras del blues andaluz:
Caledonia Blues Band, creada en 1986; Entresuelos; Algeciras Blues Express,
etc... La formación de bandas similares en otros lugares de la Comunidad, como
Lito Blues Band, en Málaga, o La Blues Band de Granada, en esta ciudad,
completa el panorama. En los años 90, se incorporan nuevas bandas, como Los
Perkins, Southern Cats, Blues Machine (después llamados Blues Blasters), Los
Lagartos, Blues de Garrafa...




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