SIGLO XIX EN ANDALUCÍA
SIGLO XIX EN ANDALUCÍA
La política centralizadora del siglo XIX hace que los artistas de valía abandonen sus ciudades natales para buscar éxito en Madrid, París o Roma. Así, pintores como Antonio Esquivel realizaron la mayor parte de sus obras en la corte dentro de las tendencias imperiales. Otros en cambio siguen la tradición murillesca y entre los seguidores de la pintura de historia como Eduardo Cano.
Alrededor de 1830, llegarán a Andalucía numerosos artistas franceses e ingleses que marcaron el nacimiento de la pintura romántica en España y la extensión del gusto por lo castizo andaluz por Europa como R. Kemm y J.Phillip.
Posteriormente aparecerán pintores locales como D.Becquer y Cabral Bejarand. Los temas tratados han quedado en el imaginario como característicos del Romanticismo en Andalucía: calles y patios, majos y majas, bandoleros, escenas de cantos y danzas,etc.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, aparecerán los llamados pintores de la escuela Sevillana que se marcharán a Italia atraídos por el peso artísticos de Roma y las becas que recibían del Gobierno, como Villegas Cordero o Senet Pérez.
También en Sevilla vemos como no desaparece la huella del Barroco y bajo la influencia de Murillo con escenas de niños vagabundos, escenas populares y picarescas o Inmaculadas. En esta línea, vemos pintores como Antonio Esquivel o Alfonso Grosso.
A finales del siglo XIX se desarrolla el paisaje como género independiente, sobre todo con vistas de la ciudad de Sevilla. El avance hacia las vanguardias que llegan de Francia como el impresionismo, el simbolismo o el faudismo del que se conocen ejemplos en Andalucía en las obras de López Mezquita, Gonzalo Bilbao o Julio Romero de Torres.
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